El Mal Agudo de Montaña (MAM) es el conjunto de síntomas
percibidos por la falta de adaptación a la altura. Hasta 3.000m
pocos lo sienten, entre 3.000 y 4.000 una buena parte, y a partir
de los 4.000m de altura, la inmensa mayoría nota los efectos.
El porcentaje de oxígeno en el aire es constante a cualquier
altura, en torno al 21%. Pero la disminución de presión
atmosférica con la altura hace que la cantidad de oxígeno
inspirado sea menor, produciendo hipoxia (falta de oxígeno
en la sangre).
El principal factor que favorece la aparición del MAM es la
velocidad de ascensión. Algunos estudios muestran que si el
desnivel subido en un día es menor de 300-500m, los efectos
del MAM raramente aparecen. Por encima de ese desnivel diario la aclimatación
no es tan rápida, y nuestro cuerpo se resiente. En concreto,
lo que cuenta es el desnivel al que se duerme: durante el día
se puede ascender más (a un collado, a una cumbre...), pero
conviene descender para que la altura a la que se duerme tenga como
mucho 300-500m de desnivel respecto a la noche anterior. Además
se recomienda que después de dos días de subida, se
descanse uno, no ganando altura, para asegurar una aclimatación
óptima.
¿Cuáles son los síntomas?
Dolor de cabeza en la casi totalidad de los casos, y además:
náusesa, insomnio, vértigo, vómitos, fatiga,
pérdida de apetito, respiración irregular durante la
noche, descoordinación, alucinaciones.
Normalmente estos síntomas no se sienten de inmediato, sino
a las pocas horas de llegar a una altura determinada. Suelen agudizarse
durante la noche.
¿De qué depende?
No se sabe con exactitud de qué depende notar los efectos de
forma más o menos acusada. No se han encontrado diferencias
entre hombres y mujeres. En general, a más edad menos se sienten
los efectos. Una buena condición física ayuda a combatirlo,
pero no lo previene.
Además, una persona que en una ruta no note nada a una altura,
puede que sí lo note en otra ocasión.
Gravedad, y qué hacer en cada
caso
Se ha generalizado un método sencillo para determinar la gravedad
del MAM asignando "puntos" a cada síntoma percibido,
y sumando los puntos:
Sumar un
punto por cada síntoma: dolor de cabeza, náuseas, pérdida
de apetito, vértigo, insomnio.
Sumar dos
puntos por cada síntoma: vómitos, dolor de cabeza que
no remite con analgésicos.
Sumar tres
puntos por cada síntoma: fatiga exagerada, disnea en reposo,
incoordinación, alucinaciones, disminución de la orina.
Puntos acumulados
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Gravedad
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Qué hacer
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1 a 3
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Leve
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Aspirina o paracetamol
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4 a 6
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Medio
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Analgésico y reposo
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Más de 6
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Severo
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Descender rápidamente
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Aclimatación
Llamamos 'aclimatación' al proceso por el que nuestro cuerpo
se adapta a las nuevas condiciones de altura, por ejemplo produciendo
más glóbulos rojos para optimizar el transporte de
oxígeno. Según pasa el tiempo, los síntomas
del MAM remiten, y estamos preparados para subir aún más.
El ritmo cardiaco y respiratorio también aumenta, incluso
en reposo, por lo que una buena condición cardiovascular
son esenciales para acelerar la aclimatación.
Algunos montañeros se aclimatan rápidamente, y otros
de una forma más lenta. No se conoce un método para
predecir dicha reacción de nuestro organismo.
En rutas de altura de varios días de duración (trekking)
es necesario intercalar días de descanso sin ascensos, para
ayudar al cuerpo a que se aclimate mejor y esté, por tanto,
mejor preparado para nuevos esfuerzos.
Consejos generales para cuando estamos
en altura
Perfecta
hidratación, bebiendo incluso sin tener sed.
Movimientos
a cámara lenta, sin prisas ni aceleraciones.
Realizar
amplias inspiraciones de vez en cuando, para facilitar el intercambio
gaseoso pulmonar.
No disimular
los síntomas del MAM, y comunicarlos a los compañeros
de ruta.
¿Qué es una cámara
hiperbárica?
Es
un remedio rápido para mejorar rápidamente las condiciones
de un montañero afectado gravemente por el MAM.
Consiste en un saco cerrado y hermético donde se introduce
el enfermo, y mediante una pequeña bomba se llena de aire
a presión mayor de la existente, simulando condiciones de
altitud inferior. En menos de 10 minutos se puede simular un descenso
de 500m.
El tratamiento dura entre una y dos horas, y puede repetirse hasta
cuatro veces al día.
Entre el material de todo trekking de altura debe figurar una de
estas cámaras. Asimismo se recomienda que todos los miembros
de la ruta sepan usarla, e incluso la hayan probado antes.
Si no se toman medidas a tiempo:
Edema pulmonar y cerebral
Los síntomas del mal de altura deben detectarse cuanto antes,
para detener el ascenso.
Si no se toman medidas a tiempo, la situación puede agravarse,
derivando en:
Edema pulmonar
de altura (EPA): Secreción de líquidos en los alveolos
pulmonares, dificultando la respiración. Se detecta por una
respiración ruidosa, tos con flemas espumosas, y labios de
color azulado.
Edema cerebral
de altura (ECA): Secreción de líquidos en el cerebro,
produciendo alucinaciones, desorientación, vómitos
incontrolados, cambios en el comportamiento y falta de equilibrio.
Montañeros que han padecido EPA o ECA se recuperan perfectamente
si descienden de forma inmediata entre 500m y 1000m. El tratamiento
con una cámara hiperbárica ayuda, así como
ciertos medicamentos diuréticos, pero el descenso es imprescindible.
Acetazolamida
La falta de oxígeno en altura incrementa el ritmo respiratorio,
para intentar adquirir más oxígeno. Esto tiene como
efecto que disminuye el nivel de dióxido de carbono en la
sangre. Como consecuencia, especialmente por la noche, muchos montañeros
tienen respiración entrecortada, ya que el cerebro envía
la orden de respirar más ante un incremento de dióxido
de carbono que ante una ausencia de oxígeno.
La acetazolamida es un medicamento usado por muchos montañeros,
ya que su efecto diurético provoca un aumento del nivel de
dióxido de carbono en la sangre, normalizando la respiración.
Esto ayuda a que el periodo de aclimatación se reduzca a
la mitad de tiempo.
Pero la acetazolamida tiene muchos efectos secundarios, que necesitamos
conocer antes de decidir si la tomamos o no: temblor en manos y
labios, alteraciones en el gusto, pitidos en los oídos y,
en algunos casos raros, naúseas y vista borrosa.
Conclusión
La clave para evitar el MAM es un ascenso gradual, que dé
tiempo al cuerpo a adaptarse. Cada persona se aclimata a un ritmo,
por lo que no hay reglas fijas. Lo que realmente cuenta es la altura
a la que se duerme, no tanto la máxima altura alcanzada durante
la jornada.
Si hay síntomas de MAM es necesario descansar, hasta que
estos remitan. Si hay síntomas de EPA o ECA, hay que descender
inmediatamente.
Con estas normas básicas, podemos disfrutar de la altura
muchas veces.
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